lunes, 12 de octubre de 2009

Perfil

Experiencia… virtud de grandes

14 de abril de 1953, una fecha que para doña Noemí Valencia y Eliseo Román los lleno de orgullo, la razón, el nacimiento de su primogénita que llegaba a este mundo para quedarse por mucho tiempo y dejar los apellidos Román Valencia muy en alto.

El municipio del Retiro Antioquia seria entonces el lugar escogido para que María Román Valencia viviera sus primeros años de infancia y parte de su adolescencia. Desde niña cuando comenzó sus estudios en la escuela del pueblo siempre se mostro interesada por la observación y sobre todo por el análisis de su entorno, algo que para sus amiguitas de aquel entonces les parecería algo raro el hecho que prefiriera hacer este tipo de cosas que jugar y jugar todo el día. En fin desde muy joven comenzó a reflejar madurez e interés por sus cosas algo no muy común a esa edad en los niños.

Cuando cumplió veinte tantos años, decidió hacer algo arriesgado por su vida, el interés por estudiar la motivo a salir del país y realizar sus estudios en el exterior, desde luego apoyada por sus padres que querían ver a su hija volver a casa y verla convertida en toda una profesional.

Su primera parada, Italia, tierra de comida exquisita, buena onda y elegante cultura, allí su metro 60, no fue motivo de intimidación con respecto a la fisionomía europea ya que su verdadero objetivo era culminar con éxito sus estudios académicos, fue así entonces como llegó a una universidad jesuita ubicada en Roma Italia, allí realizo un doctorado en filosofía, y una maestría en comunicaciones, mientras que estudiaba trabajaba en la biblioteca de la misma Universidad ordenando libros y demás cosas, pasarían 25 largos años de estadía en el país azurro cuando ya de la joven de mediana estatura, cabellara larga y rostro estirado ya no quedaba si no su metro sesenta, pues los años abrían sido los culpables de que su carismático rostro se reflejara un poco mas arrugado y de su cabellera larga ni hablar, ya luciría corto y sus primeras canas ya querían decir algo, experiencia y madurez.

Antes de volver a Colombia, hizo su segunda parada, esta vez en la tierra del Bandoneón, el arte clásico y el buen vino, Francia. Allí María realizo prácticas de realización de cine y video, donde a demás fue condecorada como una alumna eficiente, dos años más tarde de haber tenido aquella experiencia lusitana regresa a su natal Retiro, esta vez para quedarse y contemplar por muchos años mas su apasionante clima y su seguridad para vivir, algo que desde lejos soñaba con volver a tener. Lugo de nuevamente instalarse comenzó a trabajar como docente de la FUNLAM donde labora hace ya 5 años, dicta cursos en diferentes facultades; derecho, comunicación, educación, en fin toda una experiencia al servicio de la universidad. Actualmente adelanta estudios a distancia de bioética en la misma universidad donde adelanto sus estudios en Italia y aspira seguir estudiando por que el único objetivo que tiene en su mente es seguir ampliando su conocimiento, es por esta razón que nunca se caso y tampoco tuvo hijos, pues dice que nunca le hizo falta.

María Román, una mujer que a medida que fue adquiriendo madures en el viejo continente, refleja una actitud seria frente a sus responsabilidades, a demás de ser carismática, gentil, servicial, cordial y generosa. Virtudes que no solo califican a una mujer emprendedora y culta sino también a la mujer sencilla que alguna vez desde su casa en el Retiro soñó ser grande.

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